“Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos
hijos, y acercándose al primero, le
dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero;
pero después, arrepentido, fue. Y acercándose el otro, le dijo de
la misma manera; y respondiendo él dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron
ellos: El primero…”
Matero 21:28-31
Una de
las cosas que Jesús siempre confrontaba a los fariseos era su religiosidad;
pues para Jesús el mensaje del reino de los cielos era algo práctico. El
cristianismo es una vida que practica los principios establecidos por Dios.
Al narrarnos
Jesús esta parábola, estaba enseñándonos que existe una gran diferencia entre
decir y hacer con relación a obedecer la voluntad de Dios.
Aquel
Padre les dijo a ambos hijos, vayan hoy… El llamado que Dios hace a nuestras
vidas para que le sirvamos es hoy. Muchas veces nosotros estamos tan
preocupados por nuestro futuro, por desarrollo laboral, profesional, etc., que
muchas veces dejamos el servir a Dios como algo de segundo plano.
El
primer hijo dice que se negó a ir, pero luego arrepentido, cambió de actitud y
obedeció la voluntad del Padre. Y es que en nuestras vidas siempre estaremos
propensos a cometer errores, pecar; pero la misericordia de Dios siempre nos
levanta y lo que Dios quiere de nosotros es que tengamos corazones humildes,
dispuestos a reconocer nuestros errores y corregirnos y poder agradar al Padre
con todo nuestro corazón.
Por
el contrario, el otro hijo manifestó que sí cumpliría los deseos del Padre,
pero al momento de obedecer, no lo hizo. Y bien dijo Jesús… No todo el que me dice Señor, Señor, entrará
en el reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en
los cielos.
René
Kivitz dice: Aprendí que no debemos creer
en lo que las personas dicen, sino apenas en lo que las personas hacen. Esto es
prudente. El cristianismo no es una religión de tradiciones no es un
sistema de creencias o una carta de intenciones. Es un camino de compromiso y
acción. No importa tanto aquello que tú dices o lo que te gustaría ser o hacer,
ni aun en lo que crees. Importa lo que tú realmente haces.
Cuando
Jesús manifestó en el Sermón del Monte que no todo el que me diga Señor, Señor
entrará en el reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad del Padre;
estaba definiendo lo que era espiritualidad para Él… Vida práctica. Seguir a
Jesús no es una cuestión de intenciones, convicciones o creencias. Es una
cuestión de compromiso, de involucrarnos y obedecer a Dios. Es poner en
práctica aquello que vamos aprendiendo día a día en su Palabra. Jesús no nos
llamó a vivir una religión sino a ser discípulos fieles que están dispuestos a
dejarse moldear conforme a la imagen de Jesucristo.
El
primero hijo dijo No voy pero fue. Lo que él dijo fue superado por lo que él
hizo. Finalmente fue aprobado porque hizo la voluntad del Padre. El otro dijo
Yo sí voy pero no fue. Lo que él dijo fue superado por lo que él no hizo. Vemos
aquí su falta de verdadero compromiso. Y eso fue reprobado. No hubo excusas. No
habla que no lo hizo porque tuvo un problema para hacerlo. Simplemente NO LO
HIZO.
Un
religioso, que se comporta o se compara a un fariseo sabe de la Palabra de
Dios, tiene tal vez buenas intenciones, dice que hará las cosas pero no las
hace al final. No vive la Palabra de Dios. Los
discípulos de Jesús no se preocupan en hablar mucho. No necesitan porque su
manera de vivir grita lo que ellos son.
Mateo
5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no,
no; porque lo que es más de esto, de mal procede.
Fernando Dulanto