martes, 6 de enero de 2015

Compromiso

Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose el otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero…”
Matero 21:28-31

Una de las cosas que Jesús siempre confrontaba a los fariseos era su religiosidad; pues para Jesús el mensaje del reino de los cielos era algo práctico. El cristianismo es una vida que practica los principios establecidos por Dios.

Al narrarnos Jesús esta parábola, estaba enseñándonos que existe una gran diferencia entre decir y hacer con relación a obedecer la voluntad de Dios.

Aquel Padre les dijo a ambos hijos, vayan hoy… El llamado que Dios hace a nuestras vidas para que le sirvamos es hoy. Muchas veces nosotros estamos tan preocupados por nuestro futuro, por desarrollo laboral, profesional, etc., que muchas veces dejamos el servir a Dios como algo de segundo plano.

El primer hijo dice que se negó a ir, pero luego arrepentido, cambió de actitud y obedeció la voluntad del Padre. Y es que en nuestras vidas siempre estaremos propensos a cometer errores, pecar; pero la misericordia de Dios siempre nos levanta y lo que Dios quiere de nosotros es que tengamos corazones humildes, dispuestos a reconocer nuestros errores y corregirnos y poder agradar al Padre con todo nuestro corazón.

Por el contrario, el otro hijo manifestó que sí cumpliría los deseos del Padre, pero al momento de obedecer, no lo hizo. Y bien dijo Jesús… No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

René Kivitz dice: Aprendí que no debemos creer en lo que las personas dicen, sino apenas en lo que las personas hacen. Esto es prudente. El cristianismo no es una religión de tradiciones no es un sistema de creencias o una carta de intenciones. Es un camino de compromiso y acción. No importa tanto aquello que tú dices o lo que te gustaría ser o hacer, ni aun en lo que crees. Importa lo que tú realmente haces.

Cuando Jesús manifestó en el Sermón del Monte que no todo el que me diga Señor, Señor entrará en el reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad del Padre; estaba definiendo lo que era espiritualidad para Él… Vida práctica. Seguir a Jesús no es una cuestión de intenciones, convicciones o creencias. Es una cuestión de compromiso, de involucrarnos y obedecer a Dios. Es poner en práctica aquello que vamos aprendiendo día a día en su Palabra. Jesús no nos llamó a vivir una religión sino a ser discípulos fieles que están dispuestos a dejarse moldear conforme a la imagen de Jesucristo.

El primero hijo dijo No voy pero fue. Lo que él dijo fue superado por lo que él hizo. Finalmente fue aprobado porque hizo la voluntad del Padre. El otro dijo Yo sí voy pero no fue. Lo que él dijo fue superado por lo que él no hizo. Vemos aquí su falta de verdadero compromiso. Y eso fue reprobado. No hubo excusas. No habla que no lo hizo porque tuvo un problema para hacerlo. Simplemente NO LO HIZO.

Un religioso, que se comporta o se compara a un fariseo sabe de la Palabra de Dios, tiene tal vez buenas intenciones, dice que hará las cosas pero no las hace al final. No vive la Palabra de Dios. Los discípulos de Jesús no se preocupan en hablar mucho. No necesitan porque su manera de vivir grita lo que ellos son.

Mateo 5:37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.


Fernando Dulanto

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